domingo, 22 de noviembre de 2015

Mi dulce membrillo


El otoño también es generoso y nos sigue ofreciendo un montón de regalos para disfrutar. Uno de ellos es el membrillo.

Ya sabéis que este fruto viene de la familia de las peras y las manzanas. ¿Se referiría a esto la señora Botella? Bueno, sigamos.


Dicen que el membrillo es anterior a estas dos frutas, con lo cual, es lógico que se diga, se rumoree y se comente que fue este el  fruto del paraíso y no la mal afamada manzana. Si esto fuera así, ¿os podéis imaginar la cara que se le debió de poner a Adán cuando la mordió, con ese sabor agrio, astringente y poco atractivo? Me parto, ¡mira que eres mala, Eva! A lo mejor de ahí viene la frase de…¡eres un membrillo!

Bueno, este  bellísimo fruto no da placer al primer mordisco pero, sabiéndolo manejar, termina dando buen resultado, después de llevarlo por el buen camino.

Nosotros hoy  lo vamos a convertir en dulce de membrillo o carne de membrillo. Para ello debes tener el día libre, ya que es un amante muy posesivo y como te separes un rato, ya se te ha quemado.
La diferencia será que lo haremos con otro fruto del otoño: la nuez.


La mezcla de estos dos ingredientes es una auténtica bomba, que se mantiene en perfecto estado durante largo tiempo y presentándola con quesos es un espectáculo.


Vamos con la receta:

                                       
     Dulce de membrillo con nueces



Ingredientes:

1kg de membrillos
750gr de azúcar
 300gr de nueces peladas
300ml de agua


    Preparación:

Lavar bien los membrillos hasta quitarles toda la pelusilla que tienen. Trocearlos con piel y semillas…


O sacarle las semillas y ponerlas en una bolsita de cocción, lo importante es que participen en ella para soltar su pectina y de esta forma ayudar a cuajar.


Dejar macerar toda la noche con el azúcar para que suelte su almíbar y por la mañana ponerlo  a cocer con el agua.


Cuando se ve que está bien cocido, se pasa por un pasapuré si se ha puesto con las semillas, o directamente lo trituras con la batidora, en el caso que hayas colocado las semillas por separado.


Aquí es donde aparece el/la amante posesiv@ que no te deja moverte de su vera. Lo pones a hervir y  es en este momento cuando me visto de astronauta, con los guantes de horno, una larga espátula de madera y coloco un paño encima ya que salta y salpica como un condenado y te puedes achicharrar. La cocción está terminada cuando pasas la espátula y se ve el fondo limpio.


Le agregas las nueces y lo colocas en moldes. Es trabajo intenso pero disfrutas de él en muchas ocasiones del resto del año y quedas como un auténtico profesional.


Como dice mi amada Allende: “Los postres son a la mesa lo que los conciertos barrocos son a la música: un arte delicado” (Afrodita).


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